Llegamos a la capital de Laos en un autobús de línea tras 5h. de viaje. El trayecto ha sido muy divertido. El conductor pasaba por todos los pueblos y aldeas tocando el claxon para avisar de su paso y así, que fueran subiendo los pasajeros en cualquier punto. Otra cosa a destacar es que en caso de tener necesidad de orinar, no hay problema, se para y punto. Era un espectáculo, paraban por un pasajero y se bajaba más de la mitad de pasaje, todo esto bajo la lluvia, en definitiva son muy meones.
La ciudad se sitúa a un margen del río Mekong, el cual esta totalmente encauzado en esta parte, suponemos que para hacer frente a las crecidas en la época de lluvias. Su centro es muy reducido pero ordenado, todas las calles son unidireccionales, se respetan todos los semáforos y se conduce muy despacio. Es increíble lo tranquilo que puede llegar a ser este pueblo.
La ciudad nos ha parecido muy gris, y encima hemos llegado en pleno temporal de frío. Los precios son caros y la calidad de los servicios deja bastante que desear.
Los edificios nos recuerdan a la arquitectura de la antigua unión soviética, edificios grandes, cuadrados y destartalados, los monumentos se pueden contar con una mano. Algunas avenidas grandes llenas de bombillas por la noche, edificios para los ministerios, un par de Wats y el teatro nacional. No hay nada más…
Interesante. Lástima el mal tiempo que estáis teniendo.
ResponderEliminarPor aquí hace un tiempo estupendo, sol y calorcito...ya se joderá!
Bss :)