Es el nombre que recibe esta zona del sur del país, justo donde el Mekong se ensancha hasta donde las vista alcanza y donde afloran multitud de islas e islotes, no sabemos si 4000, pero muchísimas… Justo a continuación, el río entra en Camboya entre rápidos y cataratas.
Hemos llegado a bordo de un bote desde nuestra guest house en Champasak.
Cambiando nuevamente de orilla, nos hemos plantado en poco más de dos horas de viaje por carretera, siempre acompañando el curso del río. En el embarcadero de Ban Nassakang hemos tenido que tomar un nuevo bote para llegar a Don Island, que junto a Khong Island son las dos únicas islas habitadas, el resto son pequeños islotes que se desperdigan por el río.
El paisaje es alucinante, nos preguntamos… ¿Cuánto tiempo pasará hasta que alguna gran cadena de hoteles monte aquí su resort? ¿Cuánto tiempo más de ‘paraíso’ le queda a este lugar? Por suerte para nosotros hemos llegado antes de que eso suceda.
Las dos islas principales están conectadas por un viejo puente de piedra y cobran peaje por cruzarlo, nosotros hemos llegado en bote y no hemos tenido problema. A esta isla le llaman también ‘Happy Island’ y es por que el consumo de marihuana aquí es de lo más normal, de hecho, algunos platos lo incorporan como ingrediente en sus menús, no es raro ver Happy noodles, por ejemplo…. La verdad es que los dos días que hemos pasado aquí hemos visto a mucha gente con sonrisa permanente y mirada perdida. Algo tendrá que ver la cosa…
¿Qué se puede hacer aquí? Pues disfrutar plenamente de la naturaleza, escuchar los ruidos de las aves e insectos, balancearse en las hamacas que hay por todas partes, pasear en bicicleta por la isla y por supuesto bañarse en las aguas del Mekong, que a pesar de cosas que habíamos leído antes, están limpias y repletas de peces y sobre todo apurar nuestros dos últimos días en Laos dejando pasar el tiempo y viviendo al más puro estilo laosiano, o sea con tranquilidad plena.
Aquí todo está relentizado pero madrugan de lo lindo. A primera hora de la mañana las barcas salen a pescar, los niños ayudan en los quehaceres y luego se preparan para ir a la escuela. Es todo un ritual que sucede a diario.
La primera noche aquí nos cayó una tormenta impresionante. Todo un espectáculo de electricidad, viento y lluvia junto al Mekong. Los relámpagos perfilaban el paisaje del pueblo a oscuras y la sensación era brutal.
Tengo que reconocer que estoy enganchadisimo a vuestro diario del viaje!!!! Angel!!!! esa foto tuya encima de la del gato!! cuanta paz respirais los dos.....
ResponderEliminarpor cierto chavales, entrad aqui
http://astromet.webnode.es/
para que no se os olvide nuestra afición ehhh!! ;)
un sakito de besos y abrazos!!!
Oíd, ¿cuándo empieza la matanza de zombies, los tanques arrasando poblados y las ejecuciones en las plazas?... demasiada tranquilidad no puede ser bueno
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