Hemos llegado con el bus local, el trayecto ha sido muy agradable por carreteras secundarias y un buen paisaje.
Al llegar nos dirigimos hacia el río y encontramos una Guest House un poco aislada del resto. Nos gustó mucho, pues conseguimos un bungalow con unas vistas privilegiadas del río. Para terminar nuestro periplo en Tailandia hemos considerado que nos lo merecíamos.
Dormir con el sonido del río de fondo bien protegidos por una gran mosquitera y despertar con los cantos de las aves, no tiene precio.
En este pueblo no hay mucho más que hacer, aquí la vida transcurre muy despacio. Los monjes disfrutan de la naturaleza y desde la terraza podemos ver a los barcos navegar, algunos van con la casa a cuestas.
Esto es una ciudad fronteriza, con todo lo que ello implica; aduana, trasiego de mercancías a un lado y otro del río, barcazas-taxi y el gran Mekong que lo preside todo.
Al otro lado de la orilla se pueden ver pequeños pueblos de Laos.
El río Mekong es el cuarto río más largo de Asia y a pesar de encontrarnos en un punto prematuro de su curso fluvial, se muestra poderoso. Desde aquí hasta su desembocadura en el sur de Vietnam restan aún más de 4.000Km.
Nos vamos del país sin acabar de entender muy bien, qué tipo de ofrendas hacen en los templitos particulares.
¿Y tú qué prefieres, Coca-Cola o Pepsi?
Preciosas vistas y graciosa la colada jejeje!!!!
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