domingo, 27 de febrero de 2011

Chiang Mai

Tras un viaje de 12h. hemos llegado a nuestro destino, por suerte al ser una ciudad situada en el interior, carece de la brutal humedad de Bangkok, haciendo el ambiente más soportable a pesar de los más de 30º que imperan.

Chiang Mai significa ciudad nueva y no parece una ciudad especialmente bonita, pero si que es muy limpia, ordenada y tranquila. La parte vieja de la ciudad está rodeada por un canal en forma de cuadrilátero y a su vez, le acompaña una antigua muralla restaurada. Orientarse en muy sencillo.



Está situada entre algunas de las montañas más altas del país y a la ribera del río Ping, el afluente más importante del río Chao Phraya. Esta ciudad, tanto en tamaño como en población es la segunda del país, después de Bangkok.

No hemos tenido ningún problema con el alojamiento, hay infinidad de ellos y bastante económicos. En general todo es más barato que en la capital.

Hoy ha sido el cumpleaños de Ángel y hemos querido tomarlo con tranquilidad, ha pedido su deseo y ha soplado su vela, aunque le ha faltado su pastel de chocolate ha tenido su sorpresita.

Aquí hay mucho hombre vestido de color naranja y evidentemente, la ciudad está repleta de Wats, templos.




Visitar esta ciudad es paso obligado para poder disfrutar de algunos de los parques naturales que la rodean.

Hoy nos hemos llevado una grata sorpresa. A la salida de hotel estaban montando el mercado nocturno. Todos los tenderetes tiene su licencia, su espacio y su tiempo. Evidentemente la exposición de los artículos es exquisita. El arte del orden es algo innato en ellos.

Mientras paseábamos tranquilamente sin agobios, suena el himno a las 18h. en punto y todos los que estaban sentados trabajando se levantan y los que paseaban se detienen. Durante un minuto el tiempo se detiene en Chiang Mai. Ha sido impactante, en Occidente no estamos acostumbrados a estas demostraciones de disciplina callejera. ¿Os imagináis algo así en alguna de nuestras ciudades? Impensable.


Cusiosamente no se ve mucha gente mayor, es algo que nos llama la atención y por otro lado, hemos podido ver que muchos ciegos se dedican a tocar un instrumento y cantar por la calle. Aquí la gente es muy solidaria con ellos.


Hay muchos trabajos artesanales y especialmente la madera de mango la trabajan con mucho gusto. Los puestos de ropa, calzado y cachivaches son increíbles, tienen mucho colorido y hemos llegado a pensar que el Sr.Custo ha venido por aquí a inspirarse con sus diseños. Hoy hemos caído en la tentación, hemos comprado ropa ligera para soportar el calor.







Respecto a los alimentos, nada que decir. La amalgama de posibilidades es infinita. Hoy hemos visto desde helados caseros, hasta cafetería móvil, pasando por grillos fritos, pinchos de patata en espiral y dulces de todo tipo.








Por la mañana estaba todo estaba recogido, no quedaba ningún resto de la pasada noche. La limpieza es algo que impera en esta ciudad. Las calles ya habían recuperado su actividad normal y en ellas sus peculiares taxis transitan en todas direcciones.


1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con tu comentario, Custo está muy "viajado".
    Preciosas fotos para variar, qué ordenaditos ¡qué gusto!
    ¿GRILLOS?... ¿NO son CUCARACHAS!!!?AINSSSSSS.... :S...Da igual aggggggg!

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