jueves, 28 de abril de 2011

La gran muralla China

Para visitar la muralla teníamos varias opciones a elegir, pues en toda su extensión cuenta con al menos tres sectores que se pueden visitar.

El sector de Badaling, que es el más visitado por los turistas, el sector de Mutianyu que se encuentra a sólo 70 kilómetros, frente a otros sectores aún menos visitados, como los de Jinsanling y Simatai, que ya están a 120 y 140 kilómetros de distancia de la capital china. Finalmente optamos por el sector de Mutianyu, algo más alejado pero seguro menos concurrido de público.

Para llegar elegimos ir por libre, tomamos el metro a Dongzhimen. El billete se puede sacar en ventanilla o en una máquina expendedora muy sencilla de utilizar; basta con seleccionar la línea donde se encuentra nuestro destino y el nº de tickets al precio de 2 Yuanes. En Dongzhimen, salimos por la puerta norte y nos dirigimos al ‘hub’ intercambiador de autobuses, tomamos el 916. Su ubicación está bien indicada y sacas el billete al subir al autobús por 11 yuanes. En una hora llegamos a Huairou y nos bajamos en la parada de Yang Jiá Yuan, una ciudad muy cercana a Mutianyu, eso sí, allí te toca pelearte con los timadores de los taxistas para llegar hasta la muralla de la que todavía estás a unos 15Km. aproximadamente.

Según te acercas ya vas viendo la muralla serpenteando por la cresta de la montaña, es una visión impactante, el espectáculo es majestuoso. Estábamos ante una de las construcciones más colosales del ser humano.

Al llegar, un hervidero de tiendas y puestos de recuerdos y alimentos, los vendedores no hacen más que gritar para que compres alguna cosa.


Para subir puedes hacerlo a pie desde la entrada ascendiendo una pendiente muy empinada y larga o bien tomar un teleférico y ascender hasta la zona central del sector de Mutianyu, esta es la opción que elegimos, como casi todo el mundo, para no llegar destrozados arriba y poder disfrutar más tiempo. Para bajar puedes hacerlo igual o cogiendo un tobogán por el doble de precio.


La muralla está en un estado impecable y es una obra de ingeniería incomparable. Sus orígenes se remontan al siglo VI, si bien con posterioridad fue reconstruida por la dinastía Ming, entre los años 1400 y 1600.

Una vez arriba decidimos tomar la dirección que ascendía e ir caminando poco a poco, subiendo continuamente. El día era perfecto, no había niebla, el cielo estaba claro y la visibilidad perfecta.


En el sector de Mutianyu de la Gran Muralla se disponen 22 torres de vigilancia, no sólo en la muralla principal, sino en ramificaciones que se extienden con el objetivo de fortalecer la protección. La muralla tiene entre seis y siete metros de alto, y entre cuatro y cinco de ancho. Discurre por los bordes de las montañas rodeadas de inmensos bosques, lo que propicia unos paisajes alucinantes.



A lo tonto fueron pasando los minutos y allí seguíamos caminando como campeones, subiendo escaleras y rampas.





Los torreones de vigilancia nos servían para hacer paradas y descansar un poco a la sombra. En casi todos había una escalera camuflada entre sus columnas para poder acceder a lo alto.




Entre los tramos también había escaleras de daban acceso a la parte externa de la muralla.


Después de llevar más de una hora caminando, nos encontramos con una escalera larga y muy empinada, tuvimos que esforzarnos un poquito más y seguir subiendo. Se trata de la escalera más larga que jamás habíamos visto y una vez llegado a la cima ya vas viendo porqué esta zona es menos turística, se necesitan ganas para subir.




Curiosamente, la muralla está construida con un ligero desnivel hacia un lado para facilitar el desagüe de las lluvias, esto todavía dificultaba más el ascenso ya que siempre caminabas inclinado.



Cada vez nos encontramos con menos personas, hasta el punto de mirar hacia atrás y verlos muy lejos, y hacia delante el camino despejado. ¡Un lujo!



Los ideogramas chinos escritos con piedras sobre la colina que al principio veíamos a lo lejos inalcanzables, cada vez se acercaban más. Finalmente pudimos llegar a la zona más alta de la muralla, justo por encima de ellos.


Allí arriba sólo llegamos unas pocas personas, en parte porque la mayoría de la gente sube con tours organizados que les limitan el tiempo, y en parte por que cuesta un huevo y parte del otro llegar hasta allí. ¡Somos unos campeones!, ¡Somos grandes!



Al más puro estilo 'Calleja' pero con una bandera churretosa.


Para aguantar la paliza llevábamos unos plátanos y una botella de agua, por suerte fue suficiente, ya que al no hacer demasiado calor no nos deshidratamos demasiado, de todos modos, hay chinos que se apalancan durante el recorrido con sus pequeños puestos para venderte agua o recuerdos bajo el sol.

A partir de aquí la muralla sigue y sigue y sigue… pero hay que atravesar un tramo en mal estado y pensamos que ya habíamos caminado suficiente, por tanto decidimos deshacer el camino andado e ir descendiendo hasta la salida.



Tras casi 4 horas en la muralla podemos decir que hemos visitado una más de las maravillas del mundo.


Para regresar a Beijing, el mismo recorrido a la inversa; taxi, autobús y metro. Nos fuimos a comer algo y a descansar de la palizuca.

1 comentario:

  1. PALIZÓNNN,PALIZÓNNN!!!Pobres míos, todo para poder poner unas fotos decentes. Gracias por el esfuerzo CHIC@S!
    PASADAAAAA de "MULALLA", si en mi casa para hacer un muro de 20m.+o- y un garage, tardaron los rumanos 6 meses...- Senioraaa yo vamos!,
    -Seniora, una bere,(y los adventistas del 7ºdía)-Seniora sí,Cocacola!Gracias seniora!

    ¡¡¡VIRGEN del Perpetuo Coscorro!!!, no quiero ni pensar en el tiempo que tardarían con esa ¡¡PUTA OBRA!!! un sin vivir Oiga! todos los días durante AÑOS "La China" empantaná!
    Bss!

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