miércoles, 1 de junio de 2011

Kathmandú

Es la capital del país y al mismo tiempo la ciudad más grande de Nepal. Está situada en un valle junto al río Vushnumati a una altura de unos 1300 msnm.

Esta ciudad guarda similitudes con las ciudades indias; el caos total y absoluto de sus calles que además se encuentran en mal estado y el desorden del tráfico, sin embargo hay notables diferencias, aquí no hay mierda por las calles y sus gentes son mucho más agradables.

La ciudad antigua es famosa por la gran cantidad de templos y palacios budistas e hinduistas, la mayoría de ellos son del siglo XVII, pero muchos de los monumentos han sido dañados por terremotos y sobretodo por la polución.

Por toda la ciudad hay cientos de pequeños templos, stupas y estatuas que veneran, recordarlos todos es tarea imposible.





La fragilidad y antigüedad de las construcciones parece que no es motivo suficiente para conservarlas, en ellas se ubican los vendedores como si de sus casas se tratara.



Pasear por el centro de Thamel tiene su gracia, aunque son pocas las calles que están adoquinadas, compartes espacio con docenas de ciclos de colores y motos que circulan por ellas, siempre debes ir sorteándolos, volvemos a convivir con los sonidos de las bocinas. Ver a las personas cargados de la cabeza a los pies impresiona, hemos llegado a ver a un señor cargando una nevera... ¡Sin palabras!





Un día nos despertó un repicar de platillos y tambores, se celebraba el aniversario del nacimiento de Buda, toda la ciudad se vistió de colores, miles de banderas adornaban todas las casas y calles de la ciudad. Por la tarde pudimos ver las comparsas, carruajes y grupos de personas celebrando este día.



Es muy curioso ver durante todo el día a grupos de estudiantes en dirección a sus escuelas. Todos uniformados, pequeños, medianos y mayores.


El color de tres hermanos llaman la atención por la calle y unas niñas nos enseñan los libros de texto, estudian en hindi, nepalí e inglés, fue muy divertido.



La plaza del mercado es una zona con mucha vida, gritan para llamar la atención y algunas vacas y terneros buscan algún aperitivo perdido.


En todas sus calles colindantes todo tipo de comercios. Las tiendas están agrupadas en función de su gremio. Encontramos la zona de la ropa de imitación, de bricolaje, de los mecánicos, de cereales, de zapaterías, de modistos, de arte y mandalas y una muy curiosa; la de los dentistas.



En una esquina cercana a los odontólogos hay una figura en la que los nepalíes tratan de buscar un huequecito para clavar una moneda, con ello creen poder calmar cualquier dolor dental. Los dentistas exhiben una gama de dientes que el cliente puede elegir y colocárselo posteriormente.



Uno de los días, pudimos observar desde un puente peatonal elevado, el paso de una enorme manifestación formada íntegramente por motoristas.


Durbar Square

Se trata del corazón de la ciudad. Alrededor de la plaza se ubican palacios y templos entre los que se encuentra el Kasthamandap o Casa de Madera, que es la que le da su nombre a esta ciudad.

La estructura más imponente de la plaza es la pagoda del Templo de Taleju. Construida para la familia real en el siglo XVI y sólo abre sus puertas al público una vez al año. Los nepalíes acostumbran a subir las escaleras y observar desde allí el bullicio de la plaza. La vista es muy amena.







Durante todo el día esta plaza tiene gran actividad, a pesar de tener acceso libre, a los turistas nos cobran 300 rupias por visitarla y pasear por ella, aunque con un poco de picardía entras por otra calle y asunto solucionado. El hecho de cobrar, es debido al sello otorgado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. En ellas se instalan los que creen ser buenos guías y cuando te ven te ofrecen sus servicios para contarte las historias, son incansables.

Los templos son de estilo newarí y algunos se alzan sobre plataformas escalonadas en forma piramidal, en lo alto la construcción de madera con varios tejados.


Hay numerosos templos repartidos por la gran plaza: el templo de Ashok Binayak, en honor del dios-elefante, el templo de Krishna, el de Kashtha Mandap, que dicen que lo construyeron con la madera de un solo árbol, el de Tarana Devi, que es tántrico, el de Jagannath que es famoso por sus tallas eróticas y el de Ikha Narayan que tiene una imagen de Vishnú del siglo X.


También encontramos el Kumari Ghar, es un palacio en el que vive una niña que se supone que es la reencarnación de la diosa Kumari. Para los hinduistas es la diosa viviente o niña diosa. Se trata de una pequeña, que es elegida curiosamente entre la comunidad budista, exactamente entre el gremio de los joyeros y que dejará de ser diosa cuando tenga la primera menstruación. La miman hasta el punto de impedir que toque el suelo, siempre la llevan en brazos y alguna vez que otra la dejan asomarse a una ventana.


En mitad de la plaza se ubica el Royale Palace, un edificio blanco que resalta entre los demás templos, hoy en día convertido en museo.


Stupa de Boudahanath

Se trata de la mayor stupa de Nepal, dicen que fue construida en el siglo V y se le conoce como el mini Tíbet de Nepal. Es un lugar de peregrinación y meditación budista y la verdad es que nos recordó muchísimo a Tíbet, ya que recorren en perímetro de la stupa mientras hacen girar sus molinillos.



Está coronada por una cúpula dorada donde resaltan enormemente los grandes Ojos de Buda. Su base tiene forma de mandala y está rodeada de cuatro Gompas, monasterios budistas e infinidad de comercios. En lo alto algunas personas se encargan de verter un líquido naranja con la que manchan de forma circular la cúpula blanca.






Durante los días que pasamos en esta ciudad nos alojamos en Madhuban Guest House, un hotelito muy sencillo y económico donde, como en casi todos los hoteles en Asia, trabaja un gran número de gente joven. Ellos se encargan de todo y fueron muy amables en todo momento con nosotros.


También hemos podido degustar uno de los platos típicos, el filete de búfalo con su guarnición, después de tanto fideo se agradece.