viernes, 7 de enero de 2011

Jaisalmer (1)

Salimos de la estación de Bikaner dirección Jaisalmer con una horita y media de retraso, pero no sin antes vivir alguna anécdota divertida, ya que si algo hemos aprendido en estos pocos días que llevamos en India es que los hindúes, además de un poco guarretes y de ser capaces de hacer cualquier tipo de sonido con su garganta y sus fluidos bronquiales, son muy pero que muy curiosos y cotillas.


Esperando nuestro tren en la estación de Bikaner continuamente nos encontrábamos rodeados de hindúes que venían a vernos, a mirarnos o simplemente a charlar con nosotros. En un momento dado saqué mi billete de tren del bolsillo para hacer algunas comprobaciones y … ¡sorpresa! Tenía de repente a tres hindúes a mi lado mirando mi billete, sobre nosotros y sin disimulo alguno. Después, un señor muy educado llegó a estar con nosotros los últimos 50 minutos de espera, de ‘palique’, no paraba de preguntarnos por cosas de España y de hablarnos de su país y de sus costumbres.

El viaje de 6 horas fue duro, muy duro, ya que el frío era insoportable. Incluso para nosotros que íbamos dentro de nuestros sacos de dormir y completamente vestidos.

Hemos llegado a las 6:30 de la mañana, en medio de una niebla increíble y con un frío más propio de Burgos que de un desierto en las proximidades del trópico, pero estamos inmersos en una ola de frío en India estos días. Al llegar, lo de siempre, los taxistas que aguardan pacientemente la llegada del tren te asedian, en esta ocasión entraron dentro del vagón para ofrecernos el servicio. Tonto el último…

Nos decidimos por un hombre con pinta de beduino que nos lleva hasta su coche, un 4x4 marrón, no un taxi, y donde le esperaba un compañero que hablaba inglés y que no dejaba de darnos la brasa venga a hablar y hablar. En medio de la niebla y sin ver absolutamente nada con aquellos dos hombres del desierto, nos dirigimos supuestamente a nuestro hotel, digo supuestamente por que entre el cansancio, el frío y la pinta de terroristas afganos que tenían los dos colegas, yo por un momento ya imaginé el vídeo de mi decapitación rulando por Internet.

El resultado final es que los hombres nos llevaron al hotel amable y rápidamente y que lo único que pretendían era enseñarnos el 4x4 para tratar de vendernos una excursión–safari por el desierto para el día siguiente. Los prejuicios que traemos los occidentales a veces nos hacen pensar mal.

Tras descansar unas horas, salimos a conocer Jaisalmer. Por suerte la niebla se ha disipado y hace calorcito, ¡gracias a dios!

Divisamos el impresionante fuerte que rodea la ciudad. Dentro, hay un laberinto de estrechos callejones, algunos templos y un palacio. El lugar es impresionante y transmite lo que aquello debió ser siglos antes. Nos enteramos que esta incluido en un lista de las 100 construcciones históricas más amenazadas del planeta. Entre los turistas y el poco control del gobierno indio van a conseguir destruir lo que da de comer a esta ciudad, que por otra parte, está totalmente entregada al turismo. Visitamos el Palacio del Marajá y donde perdemos buena parte de la mañana es dentro de los maravillosos jainíes.

Es curioso como pintan las paredes de colores pasteles, y sus elegantes balcones arqueados. Da la sensación de estar inmerso dentro del cuento de las mil y una noches… Cientos de celosías te acompañan durante el camino. El cielo esta adornado por cometas con las que juegan los niños, aquí aún no ha llegado la fiebre de la Play ni la Wii. Las cometas están hechas con un pedazo de plástico, dos palos y un cordel en un carrete.

Desde una atalaya del fuerte vemos como ninguna casa tiene tejado, todas tienen azoteas y hacen vida en ella. Los niños juegan, las madres tienden la ropa, etc. Aquí llueve muy pocos días al año.

En toda la ciudad corretean cerditos o jabatos en libertad junto a sus mayores, las vacas.

A continuación, una pequeña selección de fotos del interior del fuerte de Jaisalmer, sus templos y sus gentes:
























Este es nuestro hotel durante los días en Jaisalmer:

1 comentario:

  1. Qué fotos más alucinantes,las filigranas en la arquitectura...

    No me extraña vuestras suspicacias, pero a pesar de todo os fuisteis con ellos, mucho cuidado, ser español en estos momentos por cualquier sitio peligrosillo es sinónimo de presa fácil y apetecible...

    Me llama la atención el niño o niña descalcit@, a pesar del frío.
    "Interesante" vuestro hotel¿Palace?espero que al menos estuviera decentillo.
    Bss!

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